La contractura muscular, es algo muy común, afecta no solo a los deportistas sino también a personas de vida sedentaria, personas mayores, personas con estrés o aquellas que frecuentemente adoptan malas posturas.
Se puede definir, como una contracción continuada e involuntaria de un músculo o grupo de músculos y sus fibras que provocan dolor y una alteración en su función habitual. Esto produce una acumulación de toxinas, por la disminución del riego sanguíneo a las células musculares, lo que hace que las terminaciones nerviosas, envíen señales al cerebro produciendo dolor.
Las contracturas más frecuentes, se originan en la zona cervical y en la musculatura de la espalda, no es una lesión grave, pero resulta molesto a la hora de realizar actividades cotidianas.
¿Qué podemos hacer para evitar y tratar las contracturas?
- Una de las formas de prevenir una contractura, seria realizando un buen calentamiento antes de realizar un esfuerzo, lo que ayuda a relajar las fibras musculares.
- Otra forma, y que seguro mucho/as en alguna ocasión habéis puesto en práctica, es la aplicación de calor seco, lo que produce un efecto relajante en la zona afectada.
- Otra técnica, es la utilización de baños de contraste, o lo que es lo mismo, la aplicación de agua caliente, alternándola con agua fría y repitiendo el proceso, varias veces, ya que facilita la circulación en la zona de dolor.
- El mejor método preventivo, siempre que podamos es, mantener una higiene postural, muchos de los errores que cometemos, es mantener una postura fija, durante largos periodos de tiempo, esto produce un estrés en el músculo y facilita la aparición de contracturas. Para evitarlo es conveniente cambiar permanentemente de postura y cada cierto tiempo realizar algún estiramiento.
Si con todos los cuidados, la contractura aparece, es de gran utilidad el masaje, dado por personal cualificado, provocará un aumento del flujo sanguíneo, que mejorará la recuperación de los tejidos, además de relajar el músculo, reducir la tensión y por tanto el dolor.